Punto.


Para que no me olvides de nuevo 
he pintado de azul lo que resta de cielo,
acortado mis palabras a estar solo si me quiebro.


Surqué los mares rogando que te bañen primero,
floté con el aire que oscila tu nombre en el viento,
bailé con tus hebras que forman lo bello.


Imploré a la luz que eclipse otro brillo,
que tu lumbrera sea el único sendero

y hasta te recogí del suelo,

con ganas de fundarte en mi terreno  

con tal que no me olvides de nuevo. 

 

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