Verborrea
No son las calles por las que camino
tampoco son las personas que he conocido o me olvidado que conozco
más ni el tiempo que he compartido;
mis momentos, de la vida
son de una cabeza mal habida,
no una mala vida.
Tampoco de cientos y cientas, que se sienten contento
con su estadía, sus momentos
y la distracción que les fascina
pero la mente de uno es la que no camina
no anda y si va, nace coja y yerra deprimida.
Me he puesto a pensar de día
con la noche vacía y pedazos de sueños
que no se cumplen por fantasía
y la indolencia adherida
del que sufría por la condición empatía
que empeoraba todo en su mejor momento.
Surcan de nuevo las palabras de alegría
y no se queda atrás la imaginación consumida
y ya hable de pedazos que ahora son basura
con pena y sin orden que no hacen ni un favor.
Bajen a buscar las ganas un momento
que por intentar mismo me he lastimado
no vale la pena pensar en un mal rato
si renunciado mismo no atravieso la pena
del haber fallado.
Que sentido vivir por más rato
para que el cuerpo me irrite en plan con la mente
de decirme que hasta esos se sienten cansados
¿Cómo será la vida del que depende de ambos?
si dependen de uno mismo
y no hay ese uno sin saber que no existen dos.
Para ya no ser parte del mundo
tan apático que me rodea
he decidido mudarme de casa
volverme tierra que se entierra
y no nacen flores.
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