Tiestre
La enjundia debe perecer si es que el alma intacta se desea
el portento no es amigo más bien, lo es de lo viejo.
La ostenta destiñe el aspecto que hace lucir macilento
no es dinero, peor trabajo
quien a uno, recae por su glorias.
La sed oscura, hace que uno desee lo impensable,
lo más mundano y tétrico hacen querer estar aquí
es la angustia de un día, cuando se recibe menos, en el exceso manso convirtiéndonos en carniceros
es quien soy, donde reside en quién no tiene nada.
Más nacido, lo último no es desdichado, le ignoras, supone vive en desgracia,
quien en conjunto no es de raza, no arregla la cama, no percibe algún gano.
Ve a saber tú, que él depende de lo que es de uno, o es fiebre lo que quita la gracia,
esconde que es brío, peor ser aún uno con Dios.
Comentarios
Publicar un comentario