Varona


Desde la mañana ya va sintiendo el miedo, 

y lo enjuto del hombre no pasa en vano.

Par de manos que arrastran al varón más exquisito

desterrando sus vidas, de paseo con sus almas. 


El clandestino con poco talento, que sin suerte salio victorioso 

sintiendo, lo que desea uno

de las mieles aguas, sigue pensando en piel.


Descolorida, junto con el caparazón amargo 

postra aquí, el que dice saberlo todo.

Me ensaña el cuerpo con su tacto y sopor, 

muestra miseria si es traidor. 


Su estridente paso, cubre mis camas, 

mis mujeres, mi alimento.

Ahora magulla lo más querido.

No resarce, ni espera

no nos indica nada. 


Sin ser de pequeña, esencia del pecado 

más que su cutre llamado de auxilio, 

almirra y engaita su palabra de dueña. 


De aquí proviene su gloria, 

del pasado que ahora le supera, junto con lo que me pertenece a mí. 

No cuida, sin ser de nadie 

ha dejado ya, partir su vida. 










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